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Arquitectos: Hana Eto Gall Paisagismo, Laurent Troost Architectures
- Área: 230 m²
- Año: 2023
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Fotografías:Joana França
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Con la premisa de preservar el verde existente y crear una residencia compacta y eficiente, la oficina Laurent Troost Architectures firma la Casa Pupunha, ubicada en un condominio en la zona oeste de Manaus, al lado de un área de protección ambiental permanente. Su paisajismo fue diseñado por Hana Eto Gall, concebido a partir de un diálogo directo con el paisaje amazónico. El nombre hace referencia a la palmera pupunha que ocupa el centro del lote, preservada durante toda la obra, y a las otras plantadas alrededor de la residencia, que se convierten en parte esencial del concepto paisajístico y arquitectónico.
La propuesta fue transformar el jardín en protagonista, disminuyendo los límites entre vegetación natural y arquitectura. La llegada a la casa se destaca como una experiencia sensorial: el visitante recorre un camino inmerso en vegetación tropical, donde grandes hojas, sombras naturales y texturas densas ayudan a crear un microclima fresco y húmedo. Esta inmersión no se limita al entorno, la vegetación se extiende hacia dentro de la arquitectura y acompaña recorridos internos, integrándose a la cotidianidad de los moradores.
Para atender el deseo de los clientes de mantener la vegetación original y optimizar los espacios, el proyecto fue desarrollado en dos terrenos de 250 metros cuadrados cada uno. La solución estructural partió de la creación de una "casa-puente", apoyada sobre dos bloques laterales de concreto armado, que concentran las áreas húmedas y los usos técnicos de la residencia. Esta estrategia permite liberar totalmente el espacio central del piso bajo, creando un vacío libre generoso, con integración total con el entorno y ventilación cruzada permanente.
Sobre estos bloques, reposa un volumen metálico trapezoidal, cuya inclinación en la cara orientada hacia el bosque crea un alero más generoso en la fachada este, protegiendo los ambientes de la incidencia del sol naciente y, al mismo tiempo, garantizando privacidad a los balcones de los cuartos. La estructura metálica está ligeramente desplazada de los bloques de concreto, lo que genera una rendija entre las vigas, reforzando la independencia de los materiales y permitiendo vistas estratégicas hacia la vegetación de los lotes vecinos.
El piso bajo concentra las áreas sociales, de servicio y ocio, abiertas hacia el jardín frontal y hacia el área verde de la parte trasera, aprovechando al máximo la ventilación natural y las vistas del entorno. En la fachada lateral, una pared flotante de ladrillos cerámicos artesanales funciona como brise, protegiendo el corredor de los cuartos, la biblioteca, el baño y la suite principal de la insolación de la tarde y permitiendo la entrada de luz filtrada y ventilación constante.
La cubierta adopta un techo a dos aguas, que crea un colchón de aire para mejorar el rendimiento térmico, al mismo tiempo que alberga la caja de agua, paneles fotovoltaicos y el sistema de captación y reaprovechamiento de agua de lluvia. El proyecto priorizó técnicas de bajo impacto ambiental, evitando cualquier tipo de terraplenado. La pupunha central atraviesa la construcción y fue complementada por otras especies frutales y trepadoras en el paisajismo, además de un espejo de agua en el jardín frontal que funciona como elemento de transición entre el espacio público y privado.
Aún sin muros en la parte frontal, la residencia mantiene la privacidad gracias al jardín y a los elementos verticales de la fachada, que también forman parte del sistema de drenaje. Esto permite que la sala de estar se abra hacia la calle, sin estar completamente expuesta a quienes pasan. Se creó una contención en la parte frontal del terreno para formar un plató destinado al estacionamiento, protegiendo los vehículos del sol — una solución bastante común en la arquitectura local de Manaus.
El proyecto también incorpora soluciones de ocio para la familia, como un muro de escalar instalado en uno de los bloques laterales, pensada especialmente para los niños. La casa fue concebida inicialmente como residencia de fin de semana, pero, con el tiempo, pasó a ser utilizada como oficina en casa, reflejando las nuevas dinámicas de vivienda contemporánea y la búsqueda de una vida más integrada a la naturaleza.
La elección de los materiales privilegia proveedores locales y soluciones sostenibles. Los ladrillos cerámicos fueron producidos en las cercanías del sitio de la obra, y la pintura adopta tonalidades que hacen referencia a la palmera pupunha, creando una armonía visual que refuerza la integración entre arquitectura, paisaje y contexto amazónico.
Con riego automatizado e implantación que respeta el terreno y el ecosistema, la Casa Pupunha refuerza la idea de una casa que flota sobre el verde. Esto también se traduce en la elección de las especies, que priorizó plantas nativas y adaptadas al clima amazónico, como Calatheas, Alocasias, Heliconias, bananeras y palmeras.
Parte de la vegetación existente fue preservada, mientras que nuevas especies con valor ecológico y estético fueron incorporadas para ampliar el confort, la privacidad y la biodiversidad.
